Saltan las alarmas en la industria sobre el finiquito del diésel

La reacción de la industria del automóvil es consecuencia de las declaraciones de la titular del nuevo Ministerio de Transición Ecológica, Teresa Ribera, sobre el finiquito de los diésel. Declaraciones como la de Ribera tiran por tierra la inversión del sector para reducir al mínimo el potencial contaminante de estos modelos, que hoy llegan a a menos que los equipados con motores de gasolina.


La patronal de los fabricantes ANFAC alerta de las graves consecuencias en empleo, industria y cambio climático de los posibles vetos a la tecnología, ya que más de 40.000 empleos y 17 fábricas de automóviles en España están directamente vinculadas a la producción y venta de vehículos diésel en España. Se fabrican más de 1,2 millones de vehículos diésel en el país al año.


De hecho, hasta 10.000 millones de euros invierten las compañías de automoción en el país en los últimos cuatro años, enfocadas en nuevas tecnologías y en innovación.


ANFAC argumenta que esta persecución al combustible diésel se inicia cuando los motores están más avanzados tecnológicamente que nunca, incluso con las nuevas condiciones regulatorias de medición de emisiones impuestas en Europa. De hecho, desde que entró en vigor la normativa de motores Euro para los diésel en 1992, los vehículos emiten hasta 100 veces menos de NOx y partículas y los fabricantes están preparados para adaptarse a las políticas medioambientales y sociales, como ya han demostrado en el pasado, pero se necesita una transición ordenada y una gestión adecuada de estos cambios.


Los desarrollos tecnológicos han hecho posible que los automóviles actuales puedan considerarse de ultra bajas emisiones respecto a los de hace tres o cuatro décadas. No obstante, el incremento del parque en las ciudades y la creciente preocupación ciudadana por los efectos de la calidad del aire sobre la salud, imponen nuevos retos que deben ser afrontados recurriendo a nuevas mejoras de los sistemas convencionales y, sobre todo, a la renovación del parque.


Los 14,5 millones de vehículos de más de 10 años que circulan por España emiten un 90% más de emisiones de NOx y partículas que los actuales. No hay ninguna iniciativa europea que tenga un calendario de prohibición de vehículos nuevos diésel, ni de vehículos de combustibles fósiles.


Todas las que existen, están relacionadas con el establecimiento de una fecha, a medio-largo plazo, para la prohibición de los vehículos más antiguos, que son los responsables de la mayor parte de las emisiones, así como una de las principales causas de siniestralidad.


Continua ANFAC que la contribución de la tecnología diésel a la reducción de CO2 y a la mitigación del cambio climático es fundamental, por ser la tecnología más eficiente y accesible del momento. Si las compras de vehículos gasolina se disparan en detrimento del diésel, España tendrá dificultades de cumplir sus objetivos de reducción de emisiones de CO2 fijadas por la Unión Europea.

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